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DISMORFOFOBIA, más común de lo que crees…

El dismorfismo corporal, también llamado dismorfofobia, es el miedo, preocupación excesiva u obsesión por un defecto físico REAL O IMAGINARIO del cuerpo.

En algunas ocasiones puede referirse a un órgano interno y su funcionamiento pero generalmente se asocia a un defecto estético. Se caracteriza por una fijación concreta y obsesiva con excesiva preocupación y constante autocrítica al respecto de esa parte del cuerpo.

En el aspecto físico, podemos encontrar diferentes patrones en cuanto a cánones de belleza y perfección en función de la edad de la persona, sus referencias culturales, sus modelos a seguir, expectativas de vida, referencias sociales o de la sociedad actual…

El ejemplo claro es que antiguamente, la belleza residía en la opulencia y los cuerpos con formas porque eso indicaba riqueza y poder comer.

De la misma forma, que la piel fuera blanca indicaba un nivel de nobleza ya que no se tenía que trabajar en el campo con el sol incidiendo en la piel… Hoy en día, en general, la línea a seguir es estar más delgado y algo moreno para estar guapo.

Cuando nos pasamos de cierto punto, parece que hay una tendencia en la que el éxito en el exceso de control hace que cada vez se exija más autocontrol hasta que se pierde… El exceso de control hace perder el control.

Por ejemplo, cuando una persona con anorexia consigue adelgazar y dejar de comer con existo, cuanto más adelgaza, más gorda se ve y menos tiene que comer para seguir adelgazando.

Con la tanorexia, cuanto más morena se pone, más blanca se ve y más quiere tomar el sol, poniendo así en peligro no solo su piel, sino su vida.

Esto pasa porque a partir de un cierto umbral, las lentes de visión a través de las cuales se ve el mundo, se deforman y dejan de funcionar correctamente, ya no nos enseñan la realidad sino nuestra realidad distorsionada por la enfermedad.

La persona con este trastorno se preocupa en exceso por la forma o tamaño de alguna parte de la cara o cuerpo así como de cualquier otro aspecto como marcas u otras “imperfecciones”: cicatrices, palidez o rojeces, granos, arrugas, pelo excesivo etc.

Además, están convencidos de que existe y ante el argumento lógico de que otras personas no se lo ven tienen la concepción de que no quieren hacerle daño o no son sinceros o no se fijan lo suficiente… En su mente cualquier idea sirve para reforzar su teoría.

Características o soluciones que intentan realizar las personas que lo sufren para solucionar o paliar su problema:

  • Lamentaciones frecuentes por su defecto
  • Sufrimiento intenso y constante por referencia a ese defecto que inunda y camufla todos los otros aspectos positivos que pueda tener la persona
  • Señalar su defecto constantemente, haciendo hincapié en él (haciendo más evidente su “imperfección”)
  • Pasar muchas horas pensando y comprobando sus defectos, mirándolos en el espejo o en sí misma
  • No mirarse nunca al espejo ni querer verse los defectos
  • Taparlos o intentar camuflarlos de alguna manera (maquillaje, gorros, gafas de sol, ropa ancha…)
  • Operaciones o tratamientos estéticos varios de forma repetida ya que nunca quedan satisfechos y si lo hacen, entonces surge otro defecto físico que antes no veían por estar centrados en el primero
  • Buscar tranquilizarse con amigos, familiares de forma recurrente
  • Buscar opiniones de expertos o por internet para saber todo acerca de su problema y cómo solucionarlo
  • Evitar la mirada de otros o hablar sobre ello
  • Evitar situaciones de contacto social (pueden llegar incluso a desarrollar una paranoia entorno a su defecto) y consecuentemente se aíslan socialmente
  • Solo ven el defecto ellos (en general su entorno no ve ese defecto en estas personas y generalmente suelen valorarlos como personas guapas con alto nivel de autoexigencia)
  • Suelen presentar asociados síntomas o trastornos de Ansiedad/Depresión

¿Qué trabajamos los psicólogos estratégicos?

A través del diálogo estratégico, se hace sentir a la paciente que entendemos y compartimos lo que nos trae a consulta pero que con sus soluciones intentadas no solo no consigue solucionar el problema sino empeorarlo y crear otro igual o peor, como en el juego de las cajas chinas en la que cada vez que abres una caja, sacas otra y otra, etc. Ésta analogía es una imagen metafórica que representa muy bien la posible caída en un círculo vicioso con peores consecuencias posteriores.

Junto con esto, hay varios puntos donde intervenir:

  • En el miedo a “lo que sea” que hay detrás de ese defecto
  • La evitación social
  • La búsqueda de información
  • Los remedios que aplica para taparlo, camuflarlo, cambiarlo o eliminarlo
  • Compulsiones posibles con respecto al defecto (por ejemplo, estar tapándose todo el rato las orejas con el pelo, o ensancharse la camiseta para que no se marque la barriga, etc.)

Utilizamos la técnica de crear un miedo mayor a los intentos de solución para que deje de realizarlos y así empiece a afrontar sus dificultades y dejar de evitar.

Siguiendo la lógica de la persona, aceptaremos su creencia y complicaremos el proceso de observar su defecto mediante la técnica del chequeo reiterado frente al espejo. Consiste en analizar todo su cuerpo y no solo su “parte defectuosa” y pedirle todas las correcciones que haría.

De esta manera desviamos la atención de esta parte y le obligamos a fijarse en el resto de su cuerpo y poco a poco aprenda a valorarlo y encontrar un equilibrio y una visión más positiva de su cuerpo.

Con frecuencia, son personas jóvenes que están creando su identidad y son influenciados de forma más notable. En estos casos, debemos dar pautas a la familia para que dejen de intentar hacer entender a su hijo/a de que no tienen ese defecto o que son perfectos porque solo refuerza su idea.

En Terapia Breve Estratégica lo tratamos con la Conjura de silencio, gracias a la cual no se habla del tema más que en Terapia y si es necesario se da un espacio-tiempo concreto en el que hablar sobre el tema de forma pautada.

El “complejo” o “defecto” alimenta el miedo y la obsesión pudiendo llevar a aislamiento social, paranoia, ansiedad, depresión, trastornos alimentarios, etc. Por ello debemos trabajar para reconstruir su imagen, su autoestima y su vida.

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